Modelo policial kafkiano
El hábito no hace al monje.
Hoy no hablamos de religiosos sino de otro tipo de servidores. Se distinguen de los primeros por sus el color de sus "hábitos", de sus uniformes y para colores distintos el de los cuerpos policiales.
Verde, amarillo, rojo y azul, es el color de los uniformes de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad. Y como en todo estado democrático, cualquier funcionario que jura o promete el cargo lo hace para hacer respetar y hacer cumplir la constitución española(CE)Norma suprema de la que desciende todo mandato, imbricado en leyes reglamentos y ordenanzas. Por eso alerto que el cambio en las organizaciones siempre es bueno por mucho que honre el año de creación de la institución. Por eso les digo a los responsables de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía y sobre todo a los Mozos de Escuadra tras el desaire de Lleida, para que hagan un esfuerzo aún mayor en la interpretación extensiva y sinérgica del mandato del Preámbulo de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana y decirle que en esto de la seguridad pública no hay colores ni corralas.
Y dirán ustedes a qué me refiero y como ejemplo conductor les explico la creencia de que un policía local no es más útil a la sociedad que el resto de colores. Digo creencia porque no es cierto si paran a pensar un poco. Estos cuerpos de seguridad local atienden el incumplimiento a una norma de tráfico -un vado permanente- el desarrollo de un delito de riesgo,- una alcoholemia- y lo mismo la central local te está ordenando que se acuda a un robo en curso, deteniendo o comprometiendo al presunto. Eso no lo hacen los cuerpos del Ministerio del Interior por muchos convenios y por mucho que oigan en las noticias de su ciudad. Por lo tanto puedo expresarme en el sentido que, la solución o evolución está en manos de llevar a estudio el modelo policial de las administraciones locales. Modelo evolutivo adaptado a los problemas.
¿Qué modelo es más útil a la sociedad? ¿Cómo se hace esto? Es fácil. Solo hay que buscar el espíritu de la norma para una interpretación partiendo del concepto de indivisibilidad de la seguridad pública y del consiguiente carácter concurrente del ejercicio de la competencia sobre la misma, dentro del respeto a la autonomía no excluyente de las distintas esferas de la Administración Pública. Casi sin tenerlo en cuenta, es lo que ha sucedido en el mundo local de la seguridad pública, donde se han aplicado extensivamente, el principio de cooperación recíproca y de coordinación orgánica a base de llegar allí donde los Cuerpos de Seguridad del Ministerio del Interior no llegan y todo ello sin dejar de liberar el vado permanente de la cochera de barrio a las ocho de la mañana.
Otro asunto poco cuidado y repetido hasta la insolencia es producto del desconocimiento de la terminología jurídica básica, que todo cargo público debe manejar con soltura. Lo oímos en sus discursos con eso de “fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado” refiriéndose al Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil (...) sin discernir que la seguridad pública es cosa del Estado y otra es confundir Estado con Gobierno de la nación, del cual depende el Ministerio del Interior. La confusión de los gobernantes es tan atrevida como la ignorancia y el desconocimiento desemboca en conductas de jeraraquía en políticos elegidos por el pueblo ante los miembros dependientes del ministerio. Por ello digo que el cuento de la Cenicienta es un tratado de vida nunca desfasado.
Así que puedo trasladarles que el modelo de servicio policial que ha evolucionado desde 1986 lo encuentra usted en la policía local. Agentes que igual empiezan la mañana haciendo posible el mercadillo de los sábados que seguidamente atienden servicios impropios por naturaleza funcional como es un robo o violencia de género que más tarde está denunciando penalmente a un estafador y al terminar el servicio resuelve un accidente en la calle y emite el informe para que usted cobre su indemnización. Si usted tiene un vado no espere que nunca se lo resuelva un agente que no sea local, aunque la ley lo permite, por dios.
Por lo tanto y sin traer a cuento el prelidio de Blancanieves, diga en voz baja quien es más util a la sociedad, si la especialidad o la generalidad, si la apariencia o la eficacia. Ya sabe, el hábito no hace al monje. Lo demás, las medallas y las cruces, es polvo y aire.