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Jesús Ruiz...desde Orihuela

Orgullo procesional

Orgullo procesional

ORIHUELA EN SEMANA SANTA


Autores que han descrito magistralmente nuestra Semana Santa los hay de Premio Planeta y frac. Así que no voy a emularles partiendo de la base de que sería un esfuerzo baldío alcanzarles en plasticidad y lírica hecha prosa. Me dedicaré por tanto a describir las sensaciones de esta Semana Santa que ha perdido el perfume de las flores de azahar y ha ganado en aderezos litúrgicos.

Los tambores nunca faltan a la cita. Retumban por el Puente de Levante. Marchando hacia el Casino pasan los primeros soldados romanos en su primea vuelta a los puentes, dándole una nota multicolor a la seriedad penitencial y a los que están sentados en los salones del Casino. Los niños ya están contentos imitando la marcialidad de los armaos y el olor a vela e incienso que escapa por el Claustro de la Catedral anuncia que la cosa es seria y estamental.

La rumbosa cohorte de legionarios llena la Calle Mayor. Con tanta patrulla de romanos es posible que estén buscando a Jesús para llevarlo ante el Prefecto de Judea pero darán otra vuelta a los puentes para recoger algún aplauso antes de que Pilatos lo ponga en búsqueda y captura. Tropezamos, con las sillas, manda romana. Hay sillas en todas partes. Realmente son las sordas protagonistas de la semana por su omnipresencia. Es asombroso lo que aguantamos sentados y es indescriptible lo que somos capaces de sufrir sin lamentos, su incordio.

Y es que la tarde del Domingo de Ramos se disfruta por lo que empieza. La ciudad es devuelta a sus paseantes. El trajín del tráfico se relega a las afueras. La gente se viste de forma esmerada. Las peinetas destacan por su luto orgulloso y solemne belleza, tristemente temporal. La elegancia que se palpa en estas viudas que llevan el luto por fuera no se advierte en sus telas, joyas o perfumes sino en su semblante y el orgullo de ser mujer entre mujeres en el desfile hacia la Real Insigne y Majestuosa Parroquia de Santiago. Solo hay que mirarlas a los ojos cuando procesionan para darse cuenta que el Domingo de Ramos tiene algo especial.

 

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