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Jesús Ruiz...desde Orihuela

Las dos caras de la igualdad

Las dos caras de la igualdad

Con el título "Igualdad de dos caras", el siguiente artículo se publicó en el diario Le Verdad el domingo 22 de Junio.
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Las dos caras de la igualdad

Con tanto follón y propaganda, parece que antes no existía el concepto de igualdad, paridad, equidad y todo eso. Ya se que queda muy bien que hasta las ideas sean sexualmente paritarias. Ya se que no hay nada mejor que andar todos y todas juntas y juntos por el camino de la igualdad a golpe de ley. Pero hay que tener cuidado para no caer en la trampa que la paridad le tiene montada a la justicia social, ya que, según el modelo conceptual de justicia escogido, la balanza es válida o no y la fuerza de la discriminación positiva no siempre es justa. ¿Veremos Armengolos de Armani y Señoras Cubiertas de Hannibal Laguna, o eso, no es para esto?

Todo cambia, pero aún no arrancó el sentido por el que se aprobó la Ley Orgánica 3/2007, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres. Me viene a la memoria la obra del sociologo Michel Crozier, “No se cambia la sociedad por decreto”, con el título basta. Ya sabemos que el Derecho es el conjunto de normas que regulan las relaciones sociales y permiten resolver conflictos pero vivimos en una sociedad excesivamente judicializada en la que los conflictos que no queremos resolver siguen acartonándose en las estanterías de los juzgados.

Y digo esto por que parece insuficiente la protección formal de la igualdad contemplada y desarrollada en la Carta Magna más la jurisprudencia y la justicia constitucional, que poco a poco va orientando la igualdad material y real con la extensión de la horizontalidad en la igualdad de oportunidades. No se para que tanta prisa. Por lo tanto, me sorprendió mucho que desde Moncloa se inyectase al sistema otra ley orgánica para que las personas sean tratadas sin ningún tipo de discriminación, simple o doble, ya que de esa forma se reconoce implícitamente que otrora se estaría dando una justicia falsa o de pegote.

A este ritmo neoconceptual, tendré que disculparme, con certificado del ministerio, por ser miembro de la especie “macho hispánicus” nacido además en Alicante y por lo tanto, de la bancada conservadora del Congreso. Aserto que replicaría si fuese mujer, al aceptar una nueva forma de ser persona en sociedad y de enarbolar la bandera de la igualdad con una paridad dogmática producto del manubrio de la nueva fraternidad hispánica. En este tema tan criminógeno para la libertad de expresión, concluiré afirmando que la justicia se observa cuando se acepta la diferencia, sin discriminación, sin violencia, sin expolios, y la igualdad no se justifica con ratios. Solo arbitraría la estadística y la democracia de ocurrencias.

Jesús Ruiz Cabrera.
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración.

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