Euskaldum

No estaría mal tratar aquí el tema de moda en Orihuela pero la política oriolana aburre. Personalmente me es indiferente que la Alcaldesa monte en helicoptero que en la burra de la Virven María. Que tenga coche oficial u oficioso. Hagan lo que hagan en política va a ser ya en vano al instalarse en la plebe oriolana el desagradable amargor de la sospecha. Quizás el tema que voy a tratar no sea para un blog enfocado al fomento de la opinión política y políticas públicas en Orihuela.

Hoy voy a bucear por el asunto de la tregua etarra desde un enfoque politológico en el que evidencio el recurso a la violencia política cuyas espaldas van atestadas con ochocientas veintinueve víctimas mortales y ochenta y cuatro secuestros practicados que avalan la trayectoria dual de la organización Euskadi Ta Askatasuna para alcanzar la libertad que piden, a su manera.

La puesta en escena de esta organización es típica. Tres capuchas con boina negra le echan en cara al euskaldum la situación de opresión que está sufriendo el territorio vasco y el fascismo que soportan desde la falsa reconversión democrática tras la muerte del tío Paco. Más o menos eso es lo que trasciende de una lectura entre líneas del comunicado oficial de tregua realizado por la organización terrorista ETA. Realmente están haciendo un llamamiento general a la movilización política. También critican la pérdida de tiempo del modelo autonómico pues, según ellos,  tras el modelo político español siempre está el Estado opresor y conminan a las fuerzas sociales y políticas vascas que se impliquen en los objetivos que ellos defienden.

De risa. Lo siento si algún resentido con el modelo político en el que subsiste no entiende mi postura, pero es caleidoscópico el mensaje tras las capuchas. Bien es cierto que el modelo democrático del Estado puede reajustarse al molde actual de facto y empezar a objetivizar la conversión con valientes leyes orgánicas y así deshacernos de vicios nacidos en la andadura constitucional. Quiero decir que la justificación etarra nace de dogmas soportados con violencia política como único camino viable que les han dejado para expresarse como representación de la voluntad de un territorio y eso no es compartido por el pueblo al que dicen defender.

Si para muestra un botón y desde la perspectiva electoral de que la voluntad del conjunto de los votantes vascos no es ir en contra de la legalidad instituida, sobra con la actual titularidad del que ocupa el Palacio de Ajuria Enea, miembre del partido Euskal Sozialistak-. No es usual que un no nacionalista ocupe el sillón de Lendakari. De nada sirvió la ofensiva recolectora de votos descarriados del anterior lendakari del PNV cuya estrategia se basaba en la apuesta firme por la Independencia, no constitucional por supuesto, de las instituciones vascas.

Adelantar al tráfico por la vía de servicio de una autopista solo es posible en el escenario de un video juego. Unos observarán la maniobra e incluso aplaudirán. Muchos más observarán como te estrellas en el intento. Va siendo hora de empezar a transmitir a la ciudadanía la necesidad de un avance constitucional, primero para cerrar la asimetría del modelo autonómico por su excesiva carga federalista, y segundo que ya no estamos en la España de los setenta donde el consenso era la consigna. Para ello hace falta un verdadero replanteamiento dentro de los partidos políticos donde la moral política se ha travestido y la legitimidad se ha confundido con el todo vale en el marco de la interpretación constitucional “a mi manera”. Eso legítima en gran medida lo que estas capuchas blancas llaman la lucha por su libertad. Las cosas han cambiado tanto aunque no lo parezca desde entonces que esta tregua es, eso, una más, con voz euskera, para los euskaldum. Es un mensaje privado hecho público. El contenido del mensaje destila impotencia en la falta de aceptación del pueblo vasco a la causa y un velado, ya volveremos.

Esperemos que veinte siglos de bagaje moral y político no admitan, por favor, el olor rancio a dinamita como moneda para la negociación. Son ya demasiados muertos y en Vitoria o Bilbao no he observado fascistas, de los de antes. Será algo que solo percibe un vasco de antepasados vascos. Por eso, chicos va siendo hora de recordar que, la guerra, ha terminado.