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Jesús Ruiz...desde Orihuela

Un morlaco sin control

Un morlaco sin control

Nadie olvidará la imagen de las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior controlando los accesos al Ayuntamiento de Orihuela aquel caluroso 6 de Julio ni el dibujo del oriolano Ortuño presagiando la Capea.

Coloquialmente posicionada aunque nerviosa, la Alcaldesa de Orihuela usó el término fetén para explicar que el Ayuntamiento cumple con los formalismos legales en sus actos y procesos administrativos.

El paseillo que hicieron los concejales hasta Alicante para prestar declaración echa por tierra eso de que la administración está cada vez más cerca del ciudadano. En Orihuela existe una Comisaria del Cuerpo Nacional de Policía a escasos doscientos metros de la Casa Consistorial con aire acondicionado y ordenadores conectados con la red nacional. Pero el fuerte simbolismo del traslado a la capital le imprime al hecho un solaje impactante y justiciero como el sambenito que colgaba la Santa Inquisición a los penitentes.

Me pregunto ¿era imposible técnicamente realizar en Orihuela los trámites que realizaron en Alicante? ¿Se practicarán futuros paseillos o se realizarán con la cautela que se está usando en el caso del cambiazo de papeles en el Ayuntamiento de Redován? ¿Son competentes los jueces de instrucción para guiar estas complicadas investigaciones o necesitamos en los juzgados cualificados funcionarios que no estén de paso, como sucede en este partido judicial? ¿Afecta esa temporalidad de los jueces al pristino ejercicio de la Justicia y la política, sabiendo los cargos electos que sus causas penales pueden alargarse hasta desesperar?

El asunto está removido. Cuando los políticos se atreven a criticar las formas policiales, la estocada va directamente a las Comisarías Generales de Madrid, que dicen que es donde se trazan las líneas maestras que llegan de mas arriba y donde están los maestros de la banderilla y la estocada.

Son tantas preguntas, gente e instituciones involucradas que temo que esto no ha hecho mas que empezar, como una buena corrida de verano, a la sombra.

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