Blogia
Jesús Ruiz...desde Orihuela

La rotonda de Gordias

La rotonda de Gordias

Lento avanza, como por venas enfermas y viejas arterias.

Bajando la oxidada pasarela de pilares y cristales azules que une la carretera de Bigastro con la ciudad, se observa la patología del problema. Desde allí arriba se ve el enredo que produce una rotondita incrustada en plena ciudad. Este nudo gordiano une la CV-930, que viene de la nacional Alicante Murcia con la CV-95 que va a la costa y da salida a la CV-910 que lleva al tan recurrido Hospital Comarcal y enlaza con la autopista AP-7 y Guardamar, ¿les parece poco lo que pasa por ahí?

No lo he liado a propósito. Fíjense si es importante el lazo de comunicaciones que si un conductor despistado, se lleva la escasa señalización, los que no son de Orihuela o pasan la primera vez por aquí, pueden terminar en Santa Justa preguntando a algún concejal de camino al Ayuntamiento, por la salida hacia la costa o la ubicación del hoyo dieciocho del campo de Villa Martín.

No tengo culpa alguna de los lastres de la legislatura anterior ni la anterior a la última. Quiero ser usuario de una ciudad dinámica, que se mueva y que no se ahogue siempre en la pereza. Quiero ver como se nota el trabajo de nuestra alcaldesa, que seguro, se mueve mas parece lastrada. La alcaldesa es joven y eso presupone mente fresca y abierta. Aún no está arrinconada por el imposibilismo y el acojonamiento prospectivo oriolano, aunque a veces lo aparente.

Orihuela, una ciudad con colesterol, del malo, del que provoca ictus circulatorios y broncas que arman la de San Quintín con un lío "del copón" en cualquier calle, como diría Medina en sus mejores tiempos.

Ay Orihuela, que enferma estás de circunloquios y perífrasis, y encima, te adulan. Nadie te resuelve el atasco, ciudad de ciudadanos.

0 comentarios