Estacionamientos privilegiados
/Diario La Verdad, 26 de enero de 2007/. Tribuna:
"Con lo poco que cuesta hacer bien las cosas y lo fácil que se complican. Si decimos que justicia consiste en igualdad y la igualdad de trato es injusta, puede haber gato encerrado. Si creemos que todos debemos ser iguales ante la ley, metamos a escena a un conductor inválido y otro que no lo es a vivir en una ciudad. Entenderemos el porqué los Estados legislan el -Derecho antidiscriminatorio- para que determinados colectivos alcancen la igualdad constitucional del art 14. Por eso y siguiendo con el ejemplo del minusválido, no es injusto que discriminen al resto cuando reservan zonas de estacionamiento a minusválidos o impedidos, pues se persigue una igualdad de resultado. Bien distinto es que desde el Ayuntamiento de Orihuela entiendan eso de igualdad y justicia a su manera, haciendo extensivo el disfrute a ciudadanos sin reconocimiento oficial de minusvalía o que no cumplen con las condiciones de movilidad reducida del R.D. 1971/1999 y posterior desarrollo normativo autonómico. ¿Hay más gatos encerrados?.
Lo injusto y desproporcionado de la facultad conferida a la Administración Local por la ley, es la extensión artificiosa a ciudadanos que no pertenecen al colectivo beneficiario mencionado, sin embargo tienen su plaza de aparcamiento reservada, otorgándoles un privilegio discriminatorio respecto al resto de empleados o usuarios de automóviles, -se observa en la Plaza Santa Lucía para funcionarios de la Administración de Justicia, en Marqués de Molíns cerca de la Intermodal para los ferroviarios, en la calle del Río para el personal de Pediatría y Universidad, sin entrar a valorar el estacionamiento diario en zona prohibida del Concejal de Personal en la puerta del Ayuntamiento. Comparto lo de Quevedo, -donde hay poca justicia es un peligro tener razón-, a no ser que la lista de espera de los agraciados con un privilegio de ese tipo sea tan larga como el censo.
¿Estará aflorando en Orihuela por costumbre una enfiteusis privatizadora sobre el uso del dominio público? ¿Qué recibe a cambio el órgano autorizante? ¿Qué laudemio o regalía conlleva? ¿Es esto corrupción en su mínima expresión? Sería digno de estudio por la extraña metamorfosis legal hacia las zonas públicas de estacionamiento, por decretazo o consentimiento amojonado, que nada tiene que ver con la finalidad de la ley, ni con el neoliberalismo o las privatizaciones y si con los privilegios decimonónicos y la poca vergüenza. Tal y como se desarrollan las -franquicias públicas- en mi ciudad, pronto asomarán otras muestras de este disloque.
Desde la administración no se pueden promover situaciones injustas concediendo privilegio o prebenda a particulares con la sospecha de espigar sus regalías. Un cargo político no debe manosear la ley con el derecho administrativo para atender peticiones sin la debida observancia al ordenamiento jurídico y jurisprudencia, pues la igualdad no es un derecho que se disfruta denostando otros; eso es tiranía y por lo visto no es muy justa desde el lado de la igualdad. Es preferible que no hagan nada si cada vez que mueven un dedo fastidian a alguien injustamente, además de responsabilizar al primero que encuentran, si la cosa se pone fea".
---(publicado en el diario La Verdad el 26 de enero de 2007. Enhorabuena al Ayuntamiento por regular el uso indiscriminado denunciado en el artículo. Jesús Ruiz).
5 comentarios
Anónimo -
J.A.P. -
Desde Santa Lucía -
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pringao -