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Jesús Ruiz...desde Orihuela

Un tren, dos trenes, tres trenes.

Un tren, dos trenes, tres trenes.

La actual estación de tren de Orihuela la inauguró el entonces presidente del Gobierno Cánovas del Castillo. Quizás por ello aún queda en la urbe el olor dulzón del canovismo de estilo conservador y turnista no ya por ideología sino por costumbre que en esta tierra va por delante de la ley. La llegada del tren a casi un kilómetro del casco urbano allá por 1884 supuso un periodo de expansión urbana acertado con largos paseos y bulevares que extendieron la urbe al sur hasta los pies de la estrenada estación. También supuso la reurbanización de la calle Calderón de la Barca y Loaces con la ubicación de un Casino y el paseo de la estación se llenó de casas burguesas, ahora desaparecidas. Con el paso de los años los comerciantes de cítricos se instalaron en las traseras de la nueva avenida hacia la carretera de Hurchillo aprovechando la cercanía de la estación de pasajeros y mercancías. Orihuela prosperó.

Ahora nos vamos a modernizar con raíles de alta velocidad que unirá Alicante y Murcia por el flanco sur. Se puede decir que si antes se luchó para que el tren llegase a la ciudad ahora se ha dado por perdida la batalla por el túnel de Orihuela. No se ha luchado lo suficiente desde el marco jurídico como futura gran ciudad con influencia metropolitana ni desde esa posibilidad que envuelve siempre toda negociación política. Ese gasto público del túnel lo tiene que realizar el Gobierno porque en Valencia no quedan dineros para caprichos oriolanos. La conjunción de estas variables hace que el túnel aflore dejando las cosas peor de lo que están.

El tren de alta velocidad no llegará a Orihuela. Pasará de largo dejando una cicatriz no tan deseada como la que supuso la vía férrea de 1888. El partido en el Gobierno y las cuentas del Consell con dedicación exclusiva a Valencia hacen imposible el consenso y el túnel. Nosotros los oriolanos tampoco hemos empujado mucho que digamos pero sí que nos asustamos si faltan tres médicos en el hospital comarcal y en un episodio único en la historia de la ciudad como es la forma de la nueva infraestructura ferroviaria no nos embelesamos lo suficiente. Mónica Lorente, la alcaldesa, hará todo lo que esté en sus manos pero está demostrando, como nosotros, poca influencia fuera del municipio y como buen arquitecto al que le llega la casa hecha, se esforzará en elegir el felpudo de la inauguración de la nueva estación. Tiempo al tiempo.

Es un buen momento para demostrar los dotes en política ya que las inversiones resultantes se condicionan unas a otras. Electrificar y doblar las vías para aumentar el tráfico ferroviario entre Alicante y Murcia es una necesidad que merece la atención que no le prestan. Ahora se resolverá el enlace de la Autovía A7 con la de la costa y los viales de circunvalación a la ciudad se verán condicionados por el trazado de este tren que quiere pasar alto y no mira que es lo que deja atrás así que no todo lo que dicen que estará bien lo está. Piensen un poco. El que se conforma a todo siempre pide que no le quiten el otro ojo y el que sigue la corriente nunca decide nada. Todo un despropósito del canovismo de la desidia institucionalizada en esta ciudad o yo que sé.

(La Verdad, 31 de agosto)

1 comentario

Rheal Coupal -

El enlace http://209.15.138.224/inmonacional/gobierno.htm para Gobierno de España, a la derecha ha sido cambiado por http://www.zonu.com/referencia/gobierno_espana.htm